INTERVENCION EN EL AULA
La intervención en alteraciones conductuales y conductas asociales en un ámbito compensatorio de desigualdades.(0-3 años).
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Los educadores se pueden encontrar en su aula con pequeños que no tienen sus necesidades básicas cubiertas, como mala alimentación,falta de ...
martes, 8 de noviembre de 2011
miércoles, 2 de noviembre de 2011
Descripción ampliada
Los educadores se pueden encontrar en su aula con pequeños que no tienen sus necesidades básicas cubiertas, como mala alimentación,falta de aseo e inadecuado descanso, que ademas pueden mostrar escasos recursos para la estimulación y que a su vez pueden padecer problemas de salud.
Estos “handicaps”, que se podrían llamar de "carencias sociales",repercuten negativamente en el desarrollo integral del pequeño y provocan un retraso global del aprendizaje.
Ello debido sobre todo, a una falta grave de adquisición de hábitos y a la instauración de conductas no adaptadas, que pueden ser agresivas o inhibitorias y que normalmente generan rechazo por parte del resto de los niños, y a veces incluso por parte de algunos adultos.
El educador ha de tratar a cada pequeño según sus necesidades, a la vez intentando integrarlo de la forma mas ordinaria posible para que disfrute de las mismas actividades, espacios y recursos, compartiendo plenamente sus juegos.
Personalmente recomendaría que la intervención educativa con niños especialmente agresivos, destructivos, desobedientes y/o acosadores vaya encaminada a aportar juegos con los que neutralizar esa energía negativa, así como juegos de manipulación y construcción en los que aprenderá a mantener una atención y disfrutar del resultado de una obra elaborada por el mismo.
Sera conveniente planificar juegos dramáticos donde se escenifiquen escenas familiares y cotidianas que favorezcan la adquisición de modelos de comportamientos afectivos y sociales.
Por otra parte , para los niños callados , distraídos, inhibidos o solitarios, se debe hacer un gran esfuerzo para que interaccionen y que el resto de sus compañeros los tengan en cuenta, ya que estos pequeños tienen una gran tendencia a jugar solos o en paralelo.
Los rincones de juego y talleres serán sitios ideales para que compartan vivencias y experiencias, ademas la aportación de objetos y juguetes afectivos como peluches y muñecos favorecerán la afectividad del niño, sin olvidarnos de la aportación de juegos colectivos y cooperativos ya que serán imprescindibles para adaptarlos socialmente.
Estos “handicaps”, que se podrían llamar de "carencias sociales",repercuten negativamente en el desarrollo integral del pequeño y provocan un retraso global del aprendizaje.
Ello debido sobre todo, a una falta grave de adquisición de hábitos y a la instauración de conductas no adaptadas, que pueden ser agresivas o inhibitorias y que normalmente generan rechazo por parte del resto de los niños, y a veces incluso por parte de algunos adultos.
El educador ha de tratar a cada pequeño según sus necesidades, a la vez intentando integrarlo de la forma mas ordinaria posible para que disfrute de las mismas actividades, espacios y recursos, compartiendo plenamente sus juegos.
Personalmente recomendaría que la intervención educativa con niños especialmente agresivos, destructivos, desobedientes y/o acosadores vaya encaminada a aportar juegos con los que neutralizar esa energía negativa, así como juegos de manipulación y construcción en los que aprenderá a mantener una atención y disfrutar del resultado de una obra elaborada por el mismo.
Sera conveniente planificar juegos dramáticos donde se escenifiquen escenas familiares y cotidianas que favorezcan la adquisición de modelos de comportamientos afectivos y sociales.
Por otra parte , para los niños callados , distraídos, inhibidos o solitarios, se debe hacer un gran esfuerzo para que interaccionen y que el resto de sus compañeros los tengan en cuenta, ya que estos pequeños tienen una gran tendencia a jugar solos o en paralelo.
Los rincones de juego y talleres serán sitios ideales para que compartan vivencias y experiencias, ademas la aportación de objetos y juguetes afectivos como peluches y muñecos favorecerán la afectividad del niño, sin olvidarnos de la aportación de juegos colectivos y cooperativos ya que serán imprescindibles para adaptarlos socialmente.
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